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Ser mujer.

¿Y qué significa esto? A día de hoy, seguimos poniendo más el énfasis en la palabra MUJER, que en la anterior, SER.

Seguimos valorando la forma, lo que vemos, que lo que realmente, para mí, es esencial: SER

Más allá de cualquier etiqueta: mujer, hombre, feminista, trabajadora, madre, hija, amiga, compañera, luchadora, guerrera…

                                                                                     yo SOY

Cuando nos perdemos en la forma, seguimos poniendo el foco en el  objetivo, en el conseguir, en el hacer. Valemos y nos valoramos por lo que conseguimos, por lo que logramos.  Es el hacer, el llegar, lo que sigue marcando nuestra realidad, lo que nos mueve. Lo que tiene peso.

En ese ir  hacia conseguir algo, en esa lucha constante, en la comparación y la competición, en el tú o yo, o el nosotras y vosotros, en el demostrar lo que “valemos”,  nos perdemos de nosotras. Seguimos mostrándonos y poniendo como referente a nuestras hijas e hijos a mujeres que han conseguido grandes logros. Y vaya desde aquí mi reconocimiento y admiración a todas ellas. Pero yo no quiero poner el foco en lo que lograron, en lo que consiguieron, sino en lo que fueron.  Más allá de la forma, de lo conseguido, yo quiero poner el foco en el fondo, en desde dónde vivieron, cómo vivieron, para qué.  Cuánto de verdad, de autenticidad, de autoreferencia, de consciencia, había en su vida, en su día a día. Cuánto de esencia había en ellas, en sus proyectos, en sus palabras, en su cotidianidad.

A mí me inspiran las mujeres que por encima de resultados, de logros, de objetivos…SON.

Me inspiran  las mujeres que cada vez más ponen alma, esencia en su vida y a eso le llaman éxito. A eso.

Hoy vaya mi reconocimiento a todas aquellas mujeres y hombres que han apostado por un nuevo paradigma, por otra forma de percibir , de vivir en este mundo.  Supone una auténtica revolución interior, no del mundo, sino de su mundo. Una transformación que nos lleva a SER en este mundo. Poner cada vez un porcentaje más y más alto de lo que realmente SOMOS.

Un proceso tranquilo, a fuego lento, no exento de momentos de dolor, de miedo…y al mismo tiempo de cada vez más consciencia, conciencia, verdad, amor, libertad, paz interior.

¿Y en qué se traduce esto?

En vivir despiertas, despiertos, conscientes.

En cuidar y conectar con nuestro templo: nuestro cuerpo, a través del cual SENTIMOS

En parar para darnos espacio. ¿Espacio para qué? para escuchar el silencio.

Porque es en ese silencio donde podemos SENTIRNOS.

Porque Sentir es el mayor acto de Amor, de Ser.

Ese sentir profundo es el lenguaje del SER.

Hoy brindo por esas mujeres y hombres que SON y siendo, transforman su mundo, el mundo. Lo humanizan.

SON cuando sonríen, cuando lloran, cuando bailan, cuando cocinan, cuando caminan, cuando escuchan, cuando acompañan, cuando dan su mano, cuando abrazan, cuando gritan, cuando callan, cuando respiran, cuando corren, cuando miran, cuando observan, cuando aman, cuando cantan, cuando cuidan, cuando acogen, cuando crean…

SON porque van más allá de las formas, de lo evidente, de lo que  percibimos a través de los sentidos, porque saben que hay mucho más y que llega a través del silencio, porque SIENTEN, porque OBSERVAN sin juicio, porque saben que no hay mayor acto de amor y valentía que abrirse a la VULNERABILIDAD que nos hace humanos/as.

El amor, el entusiasmo, la creatividad, la autenticidad, la coherencia se da cuando sencillamente SOMOS.

Más allá de mujer, madre, hija, amiga, compañera, más allá de lo logrado y lo que hago en mi vida, lo que tengo…SOY

#YoSOY

¿Y tu?

 

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