Soy la mayor de cuatro hermanos y esto deja huella. Nací y viví mi infancia en un paraíso, al menos para mí: Pradoluengo. Mi padre supo transmitirnos a mis hermanas y a mí el amor por la Naturaleza, el deporte, la belleza de las cosas sencillas. Con mi madre aprendí a vivir desde la alegría, el optimismo y la pasión cuando encuentras aquello que te hace vibrar. He vivido una infancia  feliz, con mis primos y mis hermanos siempre juntos, jugando en el monte y gente, siempre mucha gente en mi casa.

Me encanta leer, el monte, especialmente en otoño, los árboles y los puentes, comer un bocadillo de jamón después de haber ascendido una montaña, correr, bailar, desayunar en silencio al amanecer, la radio y el chocolate. Todos los momentos importantes de mi vida van acompañados de música. Y aunque me gustan y mucho, mis ratos de soledad elegida, no hay nada que me cargue más las pilas y me nutra que una conversación tranquila con mis hermanos y amigos. Ahora soy mamá. Matías y Valeria son mi pasión, me han hecho crecer, ser mejor persona y con ellos aprendo casa día, me muestran aquello que no veo, son mi mayor espejo y la brújula que me orienta hacia mi felicidad. Si algo me conecta con la alegría de vivir es conectarme con la gratitud. Gracias a la vida, que tanto me da. 

Soy soñadora y creo que dentro de cada uno de nosotros está la fuerza y la energía que nos hace ser creadores de nuestros sueños, nuestra vida.