Formación abierta. Grupos miércoles, mañana y tarde
Enero de 2021. Atrás queda un año intenso, difícil, imprevisible. Un 2020 donde hemos vivido una realidad inimaginable hace tan sólo un año atrás. El miedo, la incertidumbre, han estado muy presentes durante el pasado año. 2020 nos obligó, a muchos de nosotros, a parar. A otros, a seguir en primera línea, a pesar del miedo, de la inseguridad…Tuvimos que “aislarnos” o quizás fue un parar y recogernos para…”estar a salvo” de un virus que amenazaba y sigue haciéndolo, con atacar nuestro sistema inmunológico y poner en jaque nuestra salud.
Si, hemos vivido esto, una realidad dura… y se puede quedar así, en un mal sueño, en una experiencia que queremos olvidar, que pase cuando antes… porque sólo trajo dolor…. quedarnos en la superficie, en lo superficial, o aprender a mirar con más profundidad, porque es ahí, en el fondo, donde está la riqueza, la auténtica sabiduría, esa que nos hace personas sabias y cada vez más conscientes, funcionales, equilibradas.
La verdadera sabiduría se adquiere a golpe de experiencia, si sabemos mirar en profundidad cada experiencia, dar luz a aquello que estaba oscuro, ver la pepita de oro que absolutamente toda experiencia por muy dura que nos resulte, lleva dentro.
Y es que la única forma que tenemos de adquirir esa sabiduría experiencial es abriendo los ojos, aprendiendo a mirar en lo profundo, ir más allá de la forma, de lo que a simple vista se ve, porque hay mucho más por descubrir, por iluminar.